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miércoles, enero 28, 2004
BN_LEE LIBROS: J.D. Salinger, El escritor medio 
my precious..."El guardián entre el centeno lleva vendidos desde entonces (NdeR: 1953) más de 60 millones de ejemplares en todo el mundo desde su publicación en 1951. En 2002, sólo en los Estados Unidos, vendió 521 mil, y es en su país el segundo best-seller de calidad de un escritor del siglo XX. Famosa es, por otro lado, la anécdota de que Mark Chapman llevaba consigo un ejemplar de este libro cuando asesinó a John Lennon en diciembre de 1980." Dice Flavia Costa en una neutral nota aparecida en la última Revista Ñ (ya que estamos: ¿alguien me puede explicar porque "Ñ"?) con motivos de la reedición de las obras completas del mito J.D.Salinger por parte de la Editorial Edhasa.
Quizá voy a gastar pólvora en chimangos intentando explicar el éxito del "Guardián...", seguramente gente bastante más versada en el tema que yo lo ha hecho antes.
Si alguien vió una película que se llama "Six Degrees of Separation" (sino la vieron, probablemente deberían) protagonizada por Donald Sutherland y Will Smith, en ella hay un monólogo muy interesante que habla en parte del libro. En éste diálogo, el personaje de Will Smith, habla de una supuesta tesis perdida, que es lo que desencadena la trama de la historia, dice en el monólogo, entre otras cosas: "el libro, en definitiva, es muy gracioso porque Holden Caulfield odia a los mentirosos pero no hace otra cosa sino mentir; quiere ser querido y está todo el tiempo comportándose de un modo fastidioso" a lo que el personaje de Donald Sutherland, un dealer de arte entrado en años le contesta: "el retrato perfecto de casi cualquier varón adolescente".
Cuando yo era más chico intenté leer el libro y confieso que fracasé miserablemente. Voy a ser malvado y voy a decir que, si me preguntan, creo que es un libro escrito por un autor mediocre que habla de una persona mediocre, de sus actitudes mediocres y de las cosas mediocres que esta persona hace. Al hablar con la gente que amaba este libro, les solía hacer esa pregunta: "¿Porque es que te gusta tanto este libro?" pregunta ésta que carece de sentido en realidad, lo sabemos, pero ante la cuál nuestro primer impulso es tratar de dar una respuesta de una lógica más o menos plausible tanto para explicar a los demás como a nosotros mismos algo que no tiene la menor necesidad de ser explicado.
Estas respuestas casi siempre oscilaban entre: "Holden es muy parecido a mí" o "Comienzo a pensar en él como si fuera mi mejor amigo". Obvio, las respuestas casi siempre eran algo más complejas que esto, y en favor de la gente que contestaba, he de decir que éramos casi menos que adolescentes. Pero sin embargo, siempre me llamó la atención por el nivel de identificación que éste libro lograba con los lectores. Y me llamaba la atención basicamente porque tenía la sensación de que había algo malo en el hecho de que fuéramos capaces de reconocernos en el personaje de un libro, sea éste Holden Caulfield o cualquier otro, mientras que teníamos tanta dificultad para reconocer esas mismas actitudes y pensamientos en nosotros mismos al mirarnos los unos a los otros.
Cuando Salinger intenta empaquetar al lector con ese discurso de "yo te digo esto a vos, porque vos lo entendés, los otros no...ellos son diferentes de vos y de mí" ha descubierto una veta más que explotable. No sé si fue el primero en utilizarla, no creo, sí seguramente fue uno de los que mejor la supo aprovechar. Por algún motivo cuando escuchamos un disco, cuando leemos un libro, cuando observamos o escuchamos cualquier cosa, nos provoca un placer enorme si nos damos cuenta de que nos estamos relacionando de un modo emocional o intelectual más profundo que el que normalmente estamos acostumbrados con esa obra o trabajo. Experimentamos esa maravillosa sensación de: "este tipo hizo esta canción para que la escuche yo", ni hablar si tenemos la gran fortuna de que nos pregunten y tener que explicársela a alguien. "¿Por que te gustó tanto?"...Disculpáme un momento, mientras beso el cielo.
El marketing, la publicidad conocen bien este defecto con el que venimos las personas de fábrica e intentan explotarlo por todos los medios posibles. Todo el tiempo están tratando de encontrar la forma de "hablar" lo más directamente posible al potencial consumidor, de crear este vínculo que genera J.D. Salinger con sus lectores, solo que a él le fuciona mejor. Quizá porque lo que él vende no lo vende directamente, es más sutíl.
Cuando una obra de arte empieza a funcionar de la misma manera que una publicidad, bueno, me parece que lo menos que habría que hacer es preguntarnos que está pasando. Quizá así sea como despues se genera ese impulso del que salen los "A mí, Belle and Sebastian me gusta más que a vos porque tengo todos sus discos y los simples y todo".
Y me fuí por la tangente otra vez (y van...), la idea era, volviendo a los de antes, que me parece mal que mal que seamos capaces de reconocernos en actitudes de un personaje de un libro, que por más realista o creíble que sea nunca va a dejar de ser eso, y estar rodeados de personas a la que les pasan esas mismas cosas y no ser capaz de verlas. Si alguno de ustedes se sube solo o sola a un colectivo vacío que fila elige? La de asientos para una persona o la de asientos de dos? Les puedo asegurar que en la mayoría de los casos, el impulso es ir a la fila de 1 solo asiento. ¿Tanto miedo nos dán las otras personas?
No hace mucho, hubiera sido inconcebible compartir con alguien un mismo y reducido espacio durante 1:00 minutos a solas sin decir por lo menos un "Buen día" o algo tímido, pero bienintencionado como "Que calor está haciendo", nosotros lo hacemos cada vez que nos subimos en un ascensor. Ya sé, la ciudad es grande, deshumaniza, anonimiza y todo lo que quieran, pero...todavía son personas.
Bueno, corto acá que esto ya parece un curso de autoayuda para gente sola.
No se preocupen yo no les quiero vender nada. O quizá solo esté intentando llevar un paso más allá la Táctica Salinger (ja, que malo soy!).
# posted by RexPOP @ miércoles, enero 28, 2004




















































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