La cosa es así, yo tengo un pequeño grabador marca
Hitachi de una sola cassettera que utilizo para escuchar música cada vez que me baño. Sí señores, como muchas personas que caminan entre ustedes o quizá incluso como ustedes mismos, yo canto y bailo mientras estoy en la ducha. Y no me avergüenza decirlo.
De cualquier manera, la cosa es que el compact disc ha sido más que eficiente a la hora de hacer del cassette un objeto obsoleto, por lo que aquello que una vez fue una vasta colección de cintas magnéticas ha sido severamente diezmada por el artero avance del disco compacto y hoy en día queda poco y nada.
Aquí es donde empieza la historia. Encontrábame yo bastante harto de cantar
Different Class en la ducha, y de imitar los movimientos característicos de
Jarvis Cocker mientras lo hacía por que recurrí al viejo baúl que hay en el desván d emi mansión donde se encuentran guardados muchos de aquellos queridos cassettes que me han sabido acompañar durante gran parte de mi vida. Siento que les debo algo. Siento que no se merecen el olvido al que han sido condenados. El cassette como objeto es mucho más atractivo que el CD. Es más resistente y en fin, tiene más onda. Así, es que me encuentran ustedes, en plena regresión. Supongo que éste será el primero de la que espero sea una larga serie de posteos en lo que yo, intentaré hacer justicia, reivindicando algo del material grabado en aqullos cassettes. Me dispongo a comenzar la serie hablando del disco
EXTREME - III Sides to Every Story. En fin, que hecha ya la introducción y subiéndonos, nosotros también porque no? a esta ola de reivindicadores vocacionales, los dejo con mi modesta review de la obra.
EXTREME - III Sides to Every Story (1992) - Hubo un tiempo en el que Extreme fue una banda grande. No hace tanto de esto pero hoy, de hecho, son poco más de diez años. Dá la impresión de que nadie recuerda ese momento. En mi opinión, el problema con
Extreme fue el haber salido a la luz acompañando con un tren de bandas e intérpretes que merecían el peor de los olvidos, siendo que existía un factor diferencial entre
Extreme y el resto de esos Hijos bastardos de
Eddie Van Halen. Son pocos los que hoy día defienden a gente como
Steve Vai,
Paul Gilbert o
Joe Satriani, si fuera intolerante diría que esto es así para mejor. Ahora bien, que es lo que separaba a Extreme de todas estas personas tan desagradales? Intenciones. Algo básico y a la vez tantas veces subestimado.
Junto con el humor de esos toquesfunk que se permitía Nuno Bentecourt en el momento de expresar su virtuosismo en la guitarra.
Extreme III, el tercer volúmen de la obra del grupo de Boston, y aquel que debería haber sido el último se podría definir como su disco más maduro. El concepto es más que simple: Las tres caras existentes en toda historia están representadas en las tres partes en que se divide el disco.
1.Yours: Tu historia. Es lo que esperaba el grueso la gente que sería el tercer disco, luego del enorme éxito del segundo disco
Extreme II: Pornografitti, o sea más de lo mismo. Canciones de rock pesado, con toques de funk y mucho sentido del humor en la composición de las letras. Bien armadas, aunque algo irregular en la distribución,cayendo drasticamente el nivel hacia la mitad del segmento. De aquí es de donde salió el primer single del disco:
Rest in Peace. Una típica canción de la factoría Extreme, que bien podría haber entrado en el disco anterior.
2. Mine: Mi versión. Lugar donde hallar esas canciones para enamorar chicas que habían hecho tan famoso al grupo. Quizá un intento del grupo por salir de esa cárcel hard rock en la que se veían encasillados. Los momentos más memorables del disco se pueden encontrar en
Seven Sundays, en
Our Father pero sobre todo en
Tragic Comic. Una canción ciertamente memorable. De nuevo, su energía empieza a mermar al promediar.
3. The Truth: La única verdad es la realidad, decía el general. Título pretencioso si los hay. Está bien porque esa pretensión es consecuente con el planteo de este tercer acto. Nuno, el guitarrista dijo en su momento:
"Teníamos para grabar veinte minutos con una orquesta, queríamos hacer algo más pretencioso o épico, como una mini-opera". Ahora bien, Brillante Mini-opera o simplemente un lugar donde el ego inflado del grupo queda finalmente blanqueado? Algo de las dos verdades se halla en esta grandilocuente Everything under the Sun. Es acá en donde se retoma eso que habíamos planteado antes sobre las intenciones. Si me preguntan a mí, yo les diría que el balance dá positivo porque a pesar de durar más de 15 minutos, en ningún momento la obra se pierde en interminables solos, tentación en la que seguramente hubieran caído varios de sus contemporáneos, si bien se va enriqueciendo a nivel instrumental y épico a medida que transcurre, nunca pierde la frescura. Seguro, ya hubo un
George Martin y esto no es nada nuevo bajo el sol. Es un homenaje. Es un robo. Es una obra ambiciosa que al final queda bien parada.
