-Es importante que veas que alcanzar una meta es lo primero.
-J*****! Ven, que ya es hora de la reunión.
-Espera un momento, ya voy!
-Ves eso? Ves como dejé en claro que disfruto de nuestra conversación posponiendo una cita aunque sea por algunos momentos? Eso es importante, hacer sentir cómoda a la otra persona. En todo caso, la clave es nunca tratar a la organización como un conjunto de elementos aislados: Marketing por un lado, Administración por otro y así, sino más bien tratarla como un todo integrado.
A propósito de los estereotipos, este extracto pertenecía a un libro llamado
La Meta, cuyo autor desconozco (el tipo que lo sostenía se dió vuelta y me agarró in-fraganti leyendo por encima de su hombro, así que no me dió tiempo de leer eso). Por si no se entendió es uno de esos libros de teorías del tipo
"Como tener éxito en los Negocios" y demás boludeces por el estilo. De esos cuyas tapas están desbordadas de vulgaridad y exceso tipográfico, en los que seguramente aparece la foto del autor recortada ocupando más o menos entero uno de los cuartos superiores de la portada mientras que una banda de un color igualmente intenso la cruza en diagonal de lado a lado diciendo cosas como:
Más de 2000000 de todo el mundo son ahora millonarias gracias a este libro (la parte de dice
"de todo el mundo" es importante, porque nos habla de un método que no se limita sólo a los países desarrollados, sino que funciona en cualquier parte del globo en la que uno se encuentre).
La persona que iba leyendo este libro hoy cuando iba en el colectivo al trabajo era un ejemplar raro. Un ser menudo y desgarbado que llevaba un traje muy poco elegante, que encima le quedaba grande. Una de esas personas que llevan escrito
"inseguridad" en la frente. Lo estuve observando durante un rato. Un momento antes de eso, sostenía una pila de hojas abrochadas de algo que parecía ser una consultora, leía hoja por hoja mientras marcaba algunos casilleros con una cruz.
Supongo que cuando la gente lee esos libros, además de expresar su desesperacion por una salida rápida, espera encontrar una especie de secreto último que les va a abrir las puertas del éxito. Leen y cumplen al pie de la letra. Se esfuerzan por convertirse en ese pro-hombre al cual hace referencia el libro. Intentan convertirse en
estereotipos imperfectos esperando que esas imperfecciones pasen desapercibidas ante ese grupo al cual quieren pertenecer. Esperan que el mostrar una apariencia: vestirse de determinada manera, visitar determinados lugares, leer, actuar, pensar de determinada manera les garantizará el acceso al club y la protección que eso implica.
Pero el caso es que al ver a este individuo, uno se daba cuenta de que no estaba a la altura de las circunstancias. Más bien lo imaginaba poniendo durante el resto de su vida sus fuerzas en obtener un éxito en el terreno laboral sin nunca llegar a conseguirlo, con la estúpida esperanza de que ese éxito una vez logrado se iba a desparramar a otras áreas de su vida (sobre todo la sentimental supongo, no se lo veía muy bien atendido, la verdad). Cuando nos bajamos del colectivo (que se bajó en la misma parada que yo) sentí el impulso de acercarme y gritarle:
"¡Espabila, flaco, es mentira!"
No daba, además la verdad me dió lástima. En ese momento, parecía tan pobre tipo y tan inofensivo.