Pensábamos que el Anti-Monitor estaba muerto, que la anti-materia ya no era una amenaza, tenemos acá la prueba de que no era así. Gracias al
Hyper-Time de
Zero-Hour todavía existen
Tierras Paralelas en las cuales algunos eventos se suceden de una manera distinta a la que lo hacen en la nuestra. He aquí algunos claros ejemplos:
En
Tierra Prime (lugar donde vivimos los lectores) esta viñeta del
Flash Gordon del brillante dibujante e insoportable guionista Alex Raymond se compone de cuatro monos rojos de Mongo tratando matar a nuestro desafortunado héroe en un combate estilo gladiadores.
En cambio en la
Tierra 4º (léase
Tierra de cuarta) vemos como el cuarto mono se aleja del combate en clara actitud piquetera al no querer formar parte de semajante masacre.
En
Tierra Prime daríamos vuelta el diario todos los días para deleitarnos con las desventuras de nuestro periodista favorito y de sus entrañables amigos y compañeros de laburo. Y
Clarín lo editaría una vez terminado, en un tomo de-luxe edición especial para coleccionistas, en su formato original y con
todas las tiras del
Loco Chavez.
De vuelta en
Tierra 4º solo se edita un
greatest hits de las tiras del
Loco Chavez en un papel que no es bueno ni para usar de Higiénico (por lo finito) y con una diagramación de página que obliga a mutilar viñetas o a darles un formato distinto al original, como resultado obtenemos viñetas pixeladas (!) y otras que son tan pequeñas que para leerlas necesitaríamos una lupa (de vivir en Tierra 4º, obvio, por suerte acá ningún editor es tan desconsiderado). Se dice incluso, que con la compra de los libros de la nefasta colección de
Clarín vienen unos cupones que una vez juntados todos dan 50% de descuento en la compra de anteojos recetados (que tras leerlos todos los van a necesitar)
En
Tierra Prime, la prestigiosa editora Clarín arma un proyecto de la colección un año antes de que esta esté en la calle (con todos los temas legales y de derechos ya cubiertos) y tres o cuatro meses antes de se momento ya tiene preparado el tomo de Corto Maltés para que luego todos seamos felices leyendo dos de sus más famosas aventuras.
En
Tierra 4º, la maquiavélica
Clarín se manda a anunciar su
Gran Biblioteca de la Historieta no teniendo asegurados aún los derechos de autor y materiales de reproducción de la gran mayoría de las cosas que prometen. Y terminan enviando a uno de sus secuaces a un perdido galpón de Liniers a escanear a las apuradas el material que luego saldrá en los libros de
Corto Maltés y de
Milo Manara, con el deterioro del producto final que ello supone.
Pero no temáis, querido lector, por suerte nosotros vivimos en el mejor de los mundos posibles, donde las editoriales se toman la molestia de aclararnos que nunca vamos a tener que sufrir ninguna de estas afrentas:
Investigación e idea general a cargo de Herobatta.